¿Tortura a Arrom y Martí? Luguistas no revelan informe por “secreto profesional”

Los profesionales médicos Esperanza Martínez y Jorge Querey, actualmente senadores del Frente Guasu, habían supuestamente inspeccionado a los secuestradores Juan Arrom y Anuncio Martí. Los políticos aseguran que constataron serias lesiones en los denunciantes, pero no revelan el informe resguardándose bajo el “secreto profesional”. Alegan además que no pueden saber si fueron heridas autoinfligidas o fueron producto de una tortura.

Según la fiscal Alejandra Peralta, directora de Derechos Humanos del Ministerio Público, las presuntas víctimas no permitieron que médicos de la Fiscalía constaten sus lesiones, sino que lo hicieron los actuales senadores del Frente Guasu.

“En el Sanatorio Migone fueron atendidos por sus amigos porque nunca se dejaron ver por médicos del Ministerio Público. Simplemente presentan un informe que fue firmado por Esperanza Martínez, su marido Carlos Portillo, y otros que estaba ahí, como Jorge Querey. Ellos también son sus testigos”, había dicho.

El senador Jorge Querey indicó a la radio 650 AM que era médico del Sanatorio Migone, donde con otros 12 doctores conformó la junta médica que inspeccionó a Juan Arrom y Anuncio Martí luego de que estos supuestamente hayan sido liberados de un secuestro que realizaron en su contra los propios organismos de seguridad.

El legislador mencionó que constataron que ambos presentaban lesiones visibles e importantes en gran parte del cuerpo, pero no eran golpes internos. Sin embargo, evitó dar a conocer lo que dice el informe elaborado el 30 de enero del 2002.

SECRETO PROFESIONAL

“Nosotros como médicos normalmente no tenemos la autorización para divulgar un diagnóstico clínico, salvo la autorización del paciente. Forma parte del secreto profesional”, dijo. “Había lesiones importantes y demostrables, hay fotos y la doctora Esperanza Martínez tampoco divulga por el secreto profesional”, añadió.

Querey remarcó que siempre asistió a este tipo de inspecciones y que incluso tuvo que atender a una figura del régimen de Alfredo Stroessner. “Hay cosas que la gente no sabe, yo le atendí a Pastor Coronel en un sanatorio privado. Mi juramento de médico ahí tuvo más importancia. Forma parte de mi función como médico y siempre participé en estos casos”, dijo.

El doctor explicó que en estos casos, primero se realiza el interrogatorio al paciente, luego lo examinan y posteriormente se concluye entre lo que dice el atendido y los hallazgos que se hacen durante la inspección.

Sostuvo que en el caso de Arrom y Martí no puede saber ellos si se autoinfligieron las heridas o eran lesiones por leishmaniasis, tal como argumenta la Fiscalía. Explicó que la ciencia médica no puede saber el origen de las laceraciones.

“Nosotros políticamente no podemos apoyar los secuestros y delitos. Estamos también en contra de que el Estado haga uso indebido de la fuerza”, consideró por último respecto a la posición de su nucleación política.

POSTURA DE ESPERANZA

A su vez, la senadora luguista Esperanza Martínez emitió un comunicado, video incluido, donde expone su participación en la Junta Médica que examinó a los secuestradores el 30 de enero de 2002.

La misma tampoco da detalles de la conclusión de los doctores que inspeccionaron a Arrom y Martí.

A continuación su escrito difundido en las redes sociales de la legisladora:

Por este medio quiero comunicar a la ciudadanía el rol que me ha tocado desempeñar el 30 de enero del año 2002, cuando formé parte de una Junta Médica integrada por 13 médicos, que tuvieron a su cargo el ingreso y la internación de los señores Juan Arrom y Anuncio Martí.

Ellos fueron examinados por una Junta Médica integrada por 13 profesionales médicos, de la cual yo también formé parte en mi carácter, en ese momento, de presidenta del Círculo Paraguayo de Médicos.

Esta Junta Médica estuvo integrada por tres médicos peritos forenses, de los cuales dos lo hacían en representación de la Corte Suprema de Justicia: los doctores Domíngo Mendoza y Miguel Ferreira Galeano, un médico perito forense de la Fiscalía, el doctor Ricardo Morales, cinco médicos tratantes de planta del Sanatorio Migone, los doctores Carlos Meilicke, Fernando Herrero Usher, Juan Ramón Fabio, Eugenio Báez y la doctora Irma Ortíz.

También acompañaron, en carácter de observadores, como fue mi caso, otros colegas del Círculo Paraguayo de Médicos, como fueron el doctor Jorge Querey, Héctor Lacognata, Enrique Bellasai, Edgar Jiménez y quien les está hablando.

Nuestro rol esa noche fue examinar esa noche a los dos pacientes que ingresaron al Sanatorio Migone. Hicimos una Junta Médica y dejamos constancia de todos los hallazgos clínicos y del interrogatorio en un Informe Médico, que después de mutua conformidad hemos firmado los trece profesionales.

Hoy el Estado paraguayo enfrenta un juicio iniciado por los señores Juan Arrom y Anuncio Martí, que se está sustanciando en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Como soy una de las firmantes de este Informe Médico, también fui llamada a ser testigo en esta causa. Ya he declarado ante Escribanía Pública. Ese informe es parte del juicio y pertenece al proceso que está llevando a cabo la CIDH.

Mi rol ha sido un rol profesional, ha sido en mi carácter de gremial como presidenta del Círculo Paraguayo de Médicos. Cualquier otra interpretación no es acorde a la verdad. Estas son las únicas funciones que he tenido en este proceso, aquel 30 de enero de 2002: participar como médica clínica y como presidenta del Círculo Paraguayo de Médicos