Señor Mario Abdo; Presidente de la República del Paraguay

Primeramente, mis más respetuosos saludos, vengo a través de este medio a hablarle sobre la frontera Pedro Juan Caballero, Paraguay – Ponta Porã, Brasil.

Si no me equivoco, Usted tiene algunos amigos por aquí, entonces ellos mismos podrán afirmar lo que estoy diciendo; aquí siempre fuimos una misma ciudad, hay mercado y oportunidad de trabajo en ambas ciudades para ambas nacionalidades.

Brasileños que trabajan en Paraguay y paraguayos que trabajan en Brasil; Brasileños que viven en Paraguay y ayudan a la economía del país y reciben su plata en bancos del Brasil, Paraguayos que hacen tratamientos médicos en Brasil por la falta de oportunidades en Paraguay.

Paraguayos que viven en Brasil, y necesitan sobrevivir con la economía paraguaya. Aquí es todo como un barrio gigante, todos trabajamos en conjunto, todos ayudamos en la economía de ambos países, cruzamos la calle y estamos viviendo en países diferentes.

El Brasil, sabemos que no ha cerrado sus fronteras, el Paraguay si y hemos respetado eso lo máximo posible, te puedo asegurar, pero llegó al punto de que esto se volvió insostenible.

 No existen excepciones, tenemos paraguayos viviendo en Ponta Porã sin poder sobrevivir porque no pueden pasar a cobrar, tenemos estudiantes que viven en Paraguay que ya no tienen dinero para comer, porque el dinero está en bancos del Brasil, tenemos personas enfermas que ya no tienen medicamentos, tenemos tratamientos médicos incluso de cancer interrumpidos.

Pero por sobre todo, tenemos al peor plantel de militar del país, “no vas a pasar, virate para comer”, “no vas a pasar, búscate otro trabajo”, etc etc etc. “

Dame un 20/50.000 y pasas”. “Brasilero de mierda, pasa pero nunca más vuelvas a nuestro país”. Esas son las palabras que se escuchan diariamente de la boca de estas personas, xenofobia, falta de empatía y falta de comprensión.

Tal vez usted no esté al tanto de lo que está pasando, porque dudo mucho que, con el corazón que tiene, permitiría una situación así, entonces, encarecidamente le pido: abra excepciones, para los tratamientos médicos, para ir al banco, para ir a trabajar.

No estamos hablando de pasar para ir a farrear, para ir a comer en restaurantes, para ir a joder del otro lado. Estamos hablando de personas que necesitan ir “un rato” al otro lado de la calle para sobrevivir, trabajar, cobrar, tratamientos médicos.

Cuanto más tarde en abrirse excepciones, más va a costar levantarnos, más personas sin acceder a medicamentos, más personas sin dinero para comer, más personas siendo despedidas de sus trabajos.

AquÍ no estamos hablando de dos países diferentes, aquí estamos hablando de una misma ciudad burocráticamente ubicada en dos países, pero con una misma vida. Y usted sabe de eso.

Tome providencias, es urgente.

Una ciudadana pedrojuanina y fronteriza de corazón.


amambay